La comunicación es la
herramienta fundamental que nos ayuda a conocer y comprender a los otros. Puede
ser verbal, gestual o de cualquier forma, pero acontece en cada momento. Como
decía Paul Watzlawick, uno de los principales teóricos de la comunicación
humana, en su libro Teoría
de la comunicación humana (1971) es imposible no comunicar, por eso incluso cuando no
queremos decir nada estamos comunicando
En la pareja, los problemas de comunicación generan
conflictos frecuentes y son la base de problemas posteriores más complejos. La
comunicación en las relaciones de pareja dependen de cada uno de los miembros,
de sus formas, estilos y hábitos de comunicación. No olvidemos que cada uno de
los componentes de la pareja proviene de familias de origen distintas, donde
los patrones de comunicación pueden variar considerablemente: familias con tono
alto e imperativo, familias de comunicación detallada, familias parcas en
palabras, familias donde el tono de voz es suave, etc. y puede generarse un
desajuste entre los miembros.
El contenido del mensaje, no tiene porqué ser muchas
veces el origen del conflicto. Es importante que sea claro, preciso y completo,
asegurándonos de que quien lo recibe, entiende lo que nosotros hemos querido
emitir y no una interpretación errónea. Cuántas veces se escuchan frases como
“si yo no he dicho eso” “ no has entendido nada de lo que te estoy diciendo”.
En numerosas ocasiones damos por hecho que la otra
persona tiene la misma forma de interpretar que nosotros y que por lo tanto va
a entender lo mismo que queremos transmitir, Sin embargo, esto no es cierto, y
la posibilidad de que se den malos entendidos es grande.
En la pareja, las rutinas, la sensación de conocer
“bien al otro”, el dar por hecho algunas cosas, no expresar sentimientos o
deseos, expectativas erróneas, etc. hacen que surjan malos entendidos con
frecuencia.
Además, en cada etapa (convivencia,
nacimiento de los hijos, jubilación, etc.) aparecen nuevas necesidades de
comunicación, ya que los acuerdos, consensos y temas comunes son cada vez más
complejos y es necesario mantener una buena comunicación para motivar la
estabilidad de la pareja.
¿Cómo
llevar a cabo una comunicación efectiva con la pareja?
Una adecuada comunicación, conlleva una sintonía
entre lo que se siente y lo que se comunica, para ello es necesario ser consciente de las emociones de uno
mismo y también el estado emocional y las expectativas del otro, ya que si
desconocemos esta segunda parte, es más probable que atribuyamos nuestras
propias emociones pensamientos y
caigamos en un error. Conocer cómo nos sentimos y porqué y ser capaz de
transmitirlo de forma clara.
Otro gran factor es saber escuchar. La falta de
comunicación se debe en gran parte a que no sabemos escuchar; se presta más
atención a las propias emisiones que a lo que el otro nos intenta transmitir. La
escucha activa implica atención, entender la comunicación desde el punto de
vista del que habla. Hay que prepararse para escuchar,observar al otro, lo que
nos dice y cómo nos lo dice, así como expresarle interés.
Un generador de conflicto es la crítica. En ocasiones queremos que nuestra pareja cambie alguna
de la conductas y para ello, debemos puntualizar de forma sencilla cuál es la
conducta que queremos que cambie, nunca una forma de ser “eres desordenado” es
más difícil de percibirlo como modificable, que “tu escritorio esta
desordenado”. Las etiquetas no ayudan a que la persona cambie, sino que
refuerzan sus defensas. Y no ha de ser constante y aglutinada, si no de una en
una y espaciadas.
Es importante evitar las generalizaciones. Los
términos "siempre" y "nunca" no suelen ser ciertos y
tienden a formar etiquetas. Cambiarlos por: “En ocasiones”, o “Frecuentemente”
permiten al otro sentirse correctamente valorado.
También debemos de tener cuidado con los mensajes de doble sentido. Estos son
mensajes, cuya intencionalidad encubierta es contraria o distinta a la
original. Por ejemplo: “como quieras”, “vete, no te preocupes, ya me quedo yo
aquí solo/a esperando…”, “tu sabrás”, etc…
La actitud de quien escucha, también debe de ser un
punto de reflexión: estar abierto a lo que nuestra pareja nos comunica y no “estar a la defensiva”. Esta actitud
detiene la comunicación y hace que la conversación se convierta en una
competición en la cual habrá un ganador, estrechando las percepciones y
construyendo un debate con poca posibilidad de acuerdo.
Construir mensajes
“yo” en lugar de “mensajes “tú”. Esto implica expresar las emociones y
sentimientos de uno desde la perspectiva propia y no genera la percepción de
crítica culpabilizadora. Son más sinceras y mucho más efectivas, deteniendo el
proceso de “ponerse a la defensiva”
Si conseguimos mantener una buena comunicación con
nuestra pareja basándonos en la empatía, en la capacidad de expresarnos sin
dañar al otro, en nuestro interés por conocer a la otra persona y sus puntos de
vista y prestando atención a lo que decimos y a cómo nos sentimos, es más fácil
que nuestra relación sea más estable y satisfactoria.
Teresa Gallego y Alicia M. Peral
Gabinete de
Psicología y Salud Cuántica
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