Según un estudio realizado por la Universidad de
Hertfordshide sobre los hábitos que nos hacen felices, la autoaceptación es la
que mejor predice la satisfacción vital, y sin embargo, es uno de los que menos
practicamos. Para hacer este estudio se preguntaba a los participantes en la
encuesta "¿Con que frecuencia es usted amable consigo mismo y piensa que
está bien tal y como es?", la nota obtenida fue de un 5,56 sobre 10 muy
inferior a otros como "dar" (7,41) o "relacionarse" (7,36).
Para saber si estamos practicando la autoaceptación es
importante observar cómo nos hablamos a nosotros mismos en diferentes momentos.
Cuando el lenguaje que usamos es muy crítico, exigente e incluso peyorativo es
que estamos lejos de aceptarnos. Una pregunta que podemos hacernos es ¿le
hablarías así a una persona a la que tengas aprecio? si la respuesta es no ...
entonces ¿por qué lo haces contigo mismo?
Otros indicadores de que no nos estamos aceptando son: la
comparación constante con los demás que nos deja en mal lugar, recordarnos una
y otra vez los fracasos, darnos mensajes de desánimo ("no lo vas a
conseguir"), usar muy a menudo los "debería" (por ejemplo
"debería haberlo hecho mejor"), ponernos metas muy altas y
castigarnos por no conseguirlas, etc. Es fácil reconocer estos indicadores por
las emociones que nos generan: ansiedad, tristeza y frustración son las más
frecuentes.
Entonces ¿qué podemos hacer para aceptarnos a nosotros
mismos? El primer paso es comprometerse
con uno mismo a mejorarlo, como cualquier otro hábito cuesta cambiarlo y
requiere de esfuerzo y constancia. Tratar de ser amable y comprensivo con uno
mismo puede ser difícil si se llevan veinte años de autocrítica y reproche,
pero se puede conseguir.
Observar el lenguaje que utilizamos para hablarnos a nosotros
mismos y cambiarlo por uno más amable y empático es fundamental para convertirnos en una buena compañía. Por
otro lado, fijarnos expectativas realistas que podamos conseguir y valorarnos
los éxitos y los avances. Permitirnos cometer errores y aprender de ellos,
entendiendo que no tenemos la obligación de ser perfectos en cada momento. Si
somos capaces de permitirnos fallos, sin reproches, sólo con la intención de
aprender de ellos, seremos mucho más felices y también más eficaces.
¿Aceptarse a uno mismo quiere decir resignarnos a ser como
somos?, esta es una cuestión que le surge a muchas personas. Aceptarnos no está
reñido con querer mejorar, cambiar aspectos de nuestra conducta o nuestro
físico, pero no partiendo del autorrechazo sino del deseo de mejora. Darnos
tiempo , tener paciencia, ser constantes y no criticarnos por los pasos atrás
son señales de autoaceptación. En cambio, partir de la autocrítica destructiva,
enviarnos mensajes peyorativos o de desánimo son señales de autorrechazo.
En definitiva, practicar la autoaceptación es posible, sólo
es necesario observarnos mucho, comprometernos con el cambio y darnos tiempo
para conseguirlo. Algunas personas que han tenido malas experiencias o una
educación muy dañina para la autoestima, pueden necesitar de la ayuda de un
terapeuta que pueda trabajar en profundidad esas heridas. Desde nuestro gabinete psicológico abordamos
este tipo de problemas para ayudar a las personas a ser más felices.
Alicia M.
Peral y Teresa Gallego
Gabinete de
Psicología y Salud Cuántica
Teléfono: 942
049 112
c/Vargas 55ª
3ºB. Santander
No hay comentarios:
Publicar un comentario